Pablo Martínez y Iolanda Fresnillo (miembros de la Plataforma por la Auditoria Ciudadana de la Deuda) | Para AraInfo – Especial Luchas en Primera Persona 28 de Agosto de 2013
La deuda es un obstáculo para el desarrollo de los pueblos y un mecanismo de perpetuación de las desigualdades. Amparadas bajo el supuesto “deber moral” de las poblaciones a pagar una deuda que no es legítimamente suya, organismos internacionales de naturaleza completamente antidemocrática imponen medidas destructivas, expolian a la ciudadanía de sus recursos y sus bienes en nombre de la “racionalidad” y de la “eficiencia”. En el sur fueron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y aquí en Europa es la Troika (el triunvirato formado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI). Distintos nombres para las mismas medidas, distintos eufemismos para los mismos robos.
Desde la Plataforma Auditoria Ciudadana de la Deuda ¡No Debemos! ¡No Pagamos! (PACD) denunciamos el aumento incesante de la deuda pública a causa de los rescates bancarios, las políticas fiscales regresivas, las privatizaciones de los bienes públicos o la corrupción institucional entre tantos otros factores. Según cifras del Banco de España, la deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó los 922.828 millones de euros. Un 88,2% del PIB, un nuevo récord histórico. Sin embargo esta cifra es incompleta, pues al seguir el sistema de ”déficit excesivo” (el homologado por la UE) no incluye deudas comerciales y con proveedores, que harían que superara la barrera del billón de euros: 1,17 billones de euros a 31 de diciembre de 2012, superando ya el 100% de deuda pública respecto al PIB.
Frente a la deudocracia, auditoria ciudadana
¿Qué hacer frente a esta situación? Si seguimos los “consejos” de la Troika, la solución es dejarnos guiar, recibir la “medicina” de las oligarquías europeas (más recortes al Estado del Bienestar, más reformas laborales, más privatizaciones…) que promete una vez más “salvarnos” de nuestra situación de sobreendeudamiento. Pero sólo hace falta mirar a la historia reciente en los países del sur global para darnos cuenta de que esa supuesta “solución” es en realidad una trampa mortal, que condujo a las ya tristemente famosas “décadas perdidas”. No nos dejemos engañar otra vez; la Troika, con su injerencia neocolonialista, obedece únicamente a los intereses de las clases dominantes. Si hay que encontrar una solución, ésta debe nacer de las poblaciones, y debe servir a los intereses de las poblaciones.
No creemos que la Auditoría Ciudadana de la Deuda sea LA solución. Pero sí que pensamos que puede ser una herramienta en nuestra búsqueda de soluciones. Una herramienta enfocada a discernir qué parte de la culpa que nos intentan inculcar con su famoso “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” es responsabilidad realmente de la ciudadanía, y qué parte es pasar la factura de la resaca de un festín en el que no hemos participado. Pero no sólo eso; también es una herramienta que puede servirnos para decidir colectivamente cómo queremos crear una forma de relación política y económica que sirva e iguale al conjunto de la población, en lugar de enriquecer a una minoría. Una herramienta que permita señalar a los responsables y hacerles asumir las consecuencias de su expolio.
La Auditoria como herramienta
Desde la PACD proponemos el proceso de Auditoría ciudadana como un instrumento, un mecanismo al alcance de toda la población para analizar de manera crítica la política de endeudamiento llevada a cabo por las autoridades de nuestro país, así como el impacto de esta política sobre la población. No queremos que la auditoria se limite a un análisis de expertos de datos financieros, sino que proponemos un análisis más amplio y profundo que abarca desde los recortes en los derechos fundamentales de los ciudadanos, en el medio ambiente y la falta de transparencia, hasta el derecho de control que tienen los ciudadanos sobre aquellos que gobiernan, y promover con ello una participación más activa en los asuntos públicos. La auditoría ciudadana la entendemos como un proceso para, colectivamente, comprender cómo hemos llegado hasta la situación actual, qué impactos económicos, sociales, culturales, ambientales, de género y políticos ha tenido el proceso de endeudamiento. Sólo a través de esta comprensión colectiva podemos, desde una ciudadanía informada, proponer alternativas que realmente respondan a las necesidades e intereses de la población (y no de los mercados, las élites económicas y los acreedores). Una auditoría no como una tarea de expertos, sino como un proceso ciudadano de educación popular y empoderamiento, por el que recobremos el control sobre nuestra economía y nuestras vidas, sobre el modo en que producimos, el modo en que consumimos y en definitiva nos relacionamos.
El objetivo no es tan sólo dirimir entre deudas legítimas e ilegítimas, sino denunciar un sistema financiero y un funcionamiento de las instituciones supuestamente democráticas que atenta contra el bienestar y los derechos de la población, a la vez que nos debe permitir construir nuevos modos para evitar caer de nuevo en endeudamientos ilegítimos. El movimiento ciudadano que se constituyó hace un año de forma explícita en la PACD, nació con el objetivo de promover un cambio del modelo económico y social. Entendemos que la denuncia del mecanismo de endeudamiento que cimienta el sistema económico mundial y que genera profundas injusticias, es un elemento más en esa lucha contra el sistema capitalista y la ideología neoliberal. La auditoría ciudadana nos debe permitir aportar nuestro grano de arena a un nuevo paradigma económico que no se base en la deuda. Queremos también contribuir a la recuperación de la soberanía de la ciudadanía, a través de espacios de aprendizaje y de democracia participativa, dotando a la sociedad de una herramienta de empoderamiento a través de la cual luchar por la transparencia, la democracia y la justicia social. Obviamente nuestro objetivo final es conseguir “no pagar la deuda ilegítima y denunciar a los culpables, exigiendo responsabilidades”, pero hacerlo desde la base, con una mayoría de la población respaldando esa demanda.
Lo queremos hacer además sin limitarnos a un ámbito territorial (el estatal, autonómico o local), sino abordando los diferentes espacios de endeudamiento institucional, desvelando que este problema es el resultado de una dinámica económica y política que va más allá de nuestras fronteras. Nuestra crisis es la de Grecia, Chipre, Portugal o Islandia, pero también la de Argentina, Ecuador, Túnez, Zimbabue o Filipinas. Si la deudocracia es global, los procesos de auditoría también lo deben ser, y por ello nos coordinamos desde abajo con otros movimientos similares a través de redes como ICAN (Red Internacional de Auditorías Ciudadana de la Deuda).
El proceso de auditoría ciudadana que proponemos desde la PACD está aún por armar, porque la estamos armando entre muchas. Queremos que paralelamente al trabajo de análisis de la deuda del Estado se realicen auditorías sectoriales (sanidad, educación, medio ambiente, de género, eléctrica…) o de diferente ámbito (municipal, autonómico y estatal), lo que hace más relevante trabajar en colaboración con el resto de movimientos y unir fuerzas, recursos y esfuerzos. Cada movimiento ciudadano, cada lucha sectorial, cada comité de trabajadoras, cada asamblea local, constituye una fuente de información de primera mano sobre lo que ha envuelto al proceso de endeudamiento de las diferentes instituciones públicas, así como acerca de los principales impactos de la deuda y de las medidas de austeridad impuestas para pagar esa deuda.
Una ruta hacia el repudio de la deuda
Hemos estado trabajando intensamente, y seguimos haciéndolo, con la esperanza de llegar a más gente, de animar a la población a librarse del discurso de la culpabilidad y de la deuda. Así, del 31 de mayo a 2 de junio tuvo lugar el III Encuentro Estatal de la Plataforma Auditoria Ciudadana de la Deuda – ¡No Debemos! ¡No Pagamos!, en el que activistas de todo el estado (así como de Portugal y Bélgica) se reunieron en Barcelona para poner en común el trabajo realizado en los distintos nodos territoriales y trabajar la estrategia de cara a los próximos meses.
De este tercer encuentro salimos con una hoja de ruta que encaminará la dirección de nuestros esfuerzos durante los próximos seis meses, con objetivos como el de avanzar en ámbitos como el de las auditorías municipales (donde ya ha habido algunos éxitos, como la moción municipal que declararon ilegítima una importante parte de la deuda en la ciudad de Badalona), la difusión de los contenidos generados por la plataforma, así como profundizar en el trabajo de investigación de la deuda en todos sus aspectos (financiero, de género, social, ecológico, etc.).
Una hoja de ruta que deja una fecha especialmente marcada en el calendario: la Semana de Acción Global contra la Deuda y las Instituciones Financieras Internacionales que tendrá lugar entre los días 8 y 15 de octubre, y que la PACD pone en el horizonte como fecha clave para movilizar a la ciudadanía en un grito unánime contra el secuestro de nuestras maltrechas democracias por parte de los poderes financieros.